La histórica polarización entre PT y PSDB en Brasil

Análisis sobre el conflicto entre PT y PSDB en Brasil y la tendencia histórica a la polarización entre tucanos y petistas.

G1

El contexto electoral de 1994 fue el primero en que se manifestó la polarización entre PT y PSDB en las disputas presidenciales brasileñas. Presentaba, en un primero rato, un escenario de favoritismo de Lula (PT). Pero el rumbo de la campaña comenzó a cambiar en julio de 1995, con la entrada en circulación de una nueva moneda, el Real, plan elaborado por el entonces ministro de finanzas Fernando Henrique Cardoso (PSDB), que luego se postularía a la posición de presidente. La nueva moneda logró bajar la inflación y los precios, y levantar el nivel de empleo, generando un ambiente de optimismo y apoyo popular (ALMEIDA 1999). Lula, a su vez, adoptó una postura crítica al Real en algunos momentos, alternada con críticas más cautelosas en otros, cuando el candidato afirmaba que continuaría el plan en su gobierno (IDEM 1999). Pero sus argumentaciones no lograron éxito y FHC ganó su primera elección presidencial.

Gráfico 1. Resultado de las elecciones presidenciales de 1994 (%)

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Fuente: Tribunal Superior Eleitoral.

Ya las elecciones de 1998 fueron marcadas como las primeras del nuevo período democrático en que había la posibilidad de reelección del presidente. Así, el gobierno buscó transformar la disputa en ritual de reconducción de FHC a su posición (MIGUEL 1999). A su vez, Lula destacó la cuestión del desempleo y también la sequía y el hambre en el nordeste, presentando el primero como consecuencia de la política económica del gobierno y la segunda como resultante de la falta de sensibilidad de los gobernantes en relación a las cuestiones sociales (IDEM 1999). La estrategia de FHC en ese sentido fue identificar el origen del problema en la coyuntura externa, argumentando que al país sólo quedaba protegerse de la mejor forma posible con un equipo experimentado y conocedor del juego financiero internacional (IDEM 1999). Ese discurso de quién había logrado estabilizar una moneda trajo seguridad para el elector, que, de nuevo, eligió el candidato del PSDB.

Gráfico 2. Resultado de las elecciones presidenciales de 1998 (%)

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Fuente: Tribunal Superior Eleitoral.

El segundo mandato de FHC fue marcado por la dificultad del gobierno para manejar con el empeoramiento de la crisis mundial. Se dibujaba, finalmente, un escenario favorable a la candidatura oposicionista. La campaña tuvo permeando su agenda el conflicto de la esperanza contra la inseguridad propagada por aquellos que “sentían miedo” de un cambio. Para triunfar, Lula buscó convertir su imagen en la de un hombre calmo y conciliador (BAQUERO 2007). Esa postura de agregación era probablemente el último elemento que faltaba para la conquista de la presidencia. El sentimiento de cambio se reflejaba ahora en un camino que parecía más seguro. Tal postura llevó a que las tentativas de infligir miedo a la población, procedentes de la campaña del oponente José Serra, fuesen motivo de bromas. Lula y el PT, después de tres intentos (1989/1994/1998), llegaban a la presidencia.

Gráfico 3. Resultado de las elecciones presidenciales de 2002 (%)

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Fuente: Tribunal Superior Eleitoral.

Tras cuatro años de gobierno, Lula volvería a la disputa enfrentando ahora como principal rival Geraldo Alckmin, del PSDB. En esa elección, Baquero (2007) nota una radical modificación en el panorama. La figura del presidente asume centralidad, relegando su partido, que en 2002 había jugado rol fundamental en su elección, a segundo plano (BAQUERO 2007). Lula utilizó como principal ancla la defensa de las políticas sociales del gobierno, como el Bolsa Família (POWER y HUNTER 2007). La postura del presidente, manteniendo su imagen despegada de su partido, fue estratégica porque el PT, con algunos de sus principales liderazgos, estaba involucrado en escándalo de corrupción que ocupó las noticias en 2005. Eso no significa que otros factores también no tengan contribuido para el éxito de Lula, como la habilidad en colocar su oposicionista como un representante del gobierno FHC, algo que le llevó a un rechazo por grande parte del electorado (BAQUERO 2007).

Gráfico 4. Resultado de las elecciones presidenciales de 2006 (%)

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Fuente: Tribunal Superior Eleitoral.

Tras dos mandatos del PT, y dos del PDSB, llegó el rato de los dos partidos pelearen por el desempate, con Dilma Rousseff (PT), y José Serra, (PSDB). En este contexto, Dilma surgía como una posible “nueva elección” de Lula (MARTINS 2012). El PSDB, a su vez, trajo algunas lecciones de la disputa anterior. La estrategia de Lula de contrastar su gobierno al de FHC, transformando Alckmin en reflejo de su colega de partido, había sido exitosa. Sabiendo esto, José Serra intentó no ponerse como opositor directo del presidente. Se vació, entonces, el sítio de críticas que el PSDB ocupaba en relación al PT, allanando el camino para el crecimiento de la candidatura de Dilma (IDEM 2012), que confirmó su triunfo en la segunda vuelta.

Gráfico 5. Resultado de las elecciones presidenciales de 2010 (%)

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Fuente: Tribunal Superior Eleitoral.

Finalmente, llega la elección de 2014, cuyo escenario sufrió un fuerte impacto con el fallecimiento del candidato Eduardo Campos, del PSB, en desastre aéreo, en el 13/08. Con eso, su vice Marina Silva asumió la cabeza de la composición, teniendo de nuevo la oportunidad de candidatarse a la presidencia (ella ya había disputado la posición en 2010). Con la conmoción por la muerte de Campos, emergió como favorita a disputar la segunda vuelta con la candidata a la reelección, Dilma. Sin embargo, Marina se enredó en sus propias contradicciones y en la esquizofrenia de una campaña que dijo querer “lo que hay de bueno en todos los lados” y apostó en una “nueva política” que hasta hoy no se sabe exactamente lo que es. Aécio Neves, del PSDB, creció con su candidatura, con posiciones un tanto más claras, ultrapasando Marina y llegando a la segunda vuelta contra Dilma, que se quedó en primero lugar en la primera.

Gráfico 6. Resultado de las elecciones presidenciales de 2014 (%)

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Fuente: Tribunal Superior Eleitoral.

Dilma ganó en una disputa muy reñida, pero cabe destacar que la llegada de Aécio a la segunda vuelta confirmó, en la sexta elección consecutiva, cubriendo un espacio temporal de veinte años, la tendencia a la polarización entre tucanos y petistas. Sin embargo, los retos electorales de los dos partidos en las próximas campañas parecen ser los de dialogar y captar los electores como los de Marina, que ya no quieren ningún de los dos en el poder. Caso PT y PSDB no tengan tal capacidad, crece sustantivamente la posibilidad de que, en las disputas que vendrán, la polarización histórica sea interrumpida por una candidatura que sepa ocupar el espacio que está siendo creado en este contexto.

Autor: Bruno Mello Souza

Fuente: http://bit.ly/1uLDqeL