La tragedia en la vida como en la política resulta, la mayoría de las veces, inevitable. Pero a diferencia de la vida, en el pantanoso mundo de la política, todo se mide, se especula y se analiza. La pérdida, según el impacto social que esta signifique o la utilización estratégica que se le da al hecho, puede traducirse en ganancia y beneficios. Aquello que en primera instancia se piensa como irreversible y negativo puede reflejarse en un activo. La tragedia es un arma de doble filo que juega un rol fundamental en la influencia de la opinión pública. Vale recordar algunos casos interesantes.
Nuestro colaborador en Alemania, Franco Delle Done, analiza el Partido Liberal Alemán (FDP), que luego de haber conseguido el mejor resultado electoral de su historia en 2009 (14,6 %) no ha hecho más que caer, tanto a nivel nacional como regional.
El conflicto en Ferguson, un suburbio en San Luis Missouri, tiene mar de fondo. Es el último de ocho asesinatos recientes de jóvenes negros, los que según lo políticamente correcto, obliga a miembros de otra raza a llamarlos afro-americanos.
La democracia de EE.UU. sufre una larga enfermedad de más de 30 años, revela un nuevo estudio de investigadores estadounidenses que se publicará este otoño. Los ciudadanos corrientes ya no creen que sus voces puedan decidir algo en la política.
Eduardo Campos, de 49 años de edad, candidato a la presidencia de la República de Brasil del Partido Socialista Brasileño (PSB), falleció esta mañana en un accidente de avión en Santos, a 77 km de distancia de São Paulo.
Buenos Aires, Argentina: “Es la economía…”, me expresa Rodolfo, el conductor que me traslada a la Universidad Austral para dictar conferencia en el Seminario #360 sobre Gestión de Gobierno y Campañas. Y es que, sin saberlo, parafraseaba al estratega norteamericano James Carville, autor de la célebre frase “The economy, estupid”, para definir la razón principal de voto en las elecciones presidenciales en Argentina para el 2015.
Nuestro colaborador en Alemania, Franco Delle Done, analiza brevemente el banner que el Partido Socialdemócrata (SPD) decidió imprimir y colgar en la fachada de la Willy-Brandt-Haus (la central del partido).