Kim Jong-un: cuando el ridículo es peligroso
El líder de Corea del Norte es un fenómeno mediático. Su imitador @norcoreano tiene cientos de miles de seguidores en las redes.
El Brillante Camarada de Corea del Norte es un fenómeno mediático. Su imitador @norcoreano tiene cientos de miles de seguidores en las redes. El esperpento oculta la realidad de un país-cárcel con 24 millones de personas dentro.
Habiendo crecido en el mayor secretismo, casi todo en la vida de Kim Jong-un es un suponer, incluso cuando lo publican fuentes oficiales norcoreanas o medios serios: su edad, la educación en Suiza, la relación con su parejaRi Sol-Ju y exparejas, los asesinatos de sus enemigos (incluido su tío), esas frecuentes desapariciones…
En North Korea Leadership Watch realizan un seguimiento de su liderazgo político. Incluso los mejores observadores están divididos sobre si realmente manda o es una marioneta en manos del Estado. “Es un líder rodeado de un culto a la personalidad exagerado y liderando un país estancado en otro siglo, el último Estado estalinista puro que queda en el mundo”, explica David Jiménez, excorresponsal de El Mundo en Asia y actual Nieman Fellow en Harvard. Jiménez visitó Corea del Norte y fue seguido en todo momento por dos personas del gobierno: entendió lo que era la vida de sus ciudadanos y qué se siente en la absoluta falta de libertad.
Caracterizado por unos cortes de pelo descritos como “a lo mohicano”, “mofeta muerta en la cabeza” o “teléfono sobre la cabeza”, acompaña sus apariciones de una retórica siempre beligerante. David Redoli, presidente de la Asociación de Comunicación Política (ACOP), la define como completamente anacrónica: “El aspecto de joven inexperto y caprichoso, con peinados y vestimenta muy peculiares, le quitan cualquier atisbo de seriedad que pudiera tener”.
Pero nada en lo que rodea a su imagen queda en lo superficial. La prueba es la crisis diplomática que estalló con la comedia estadounidense The Interview, en la que dos periodistas viajan al país para asesinar a Kim Jong-un. De una película mediocre (según la mejor crítica obtenida) Corea del Norte sacó una queja formal por terrorismo seguida de graves ataques cibernéticos a la productora, Sony, y amenazas a los cines que estrenaron la cinta.
Al año de llegar a la jefatura del Estado tras la muerte de su padre (Kim Jong-il) el Líder Supremo actual ya le había eclipsado con una política de escenografías mesiánicas con versión digital mucho más activa. Corea del Norte ejerce su particular diplomacia pública a través de una web oficial, el perfil de Kim Jong-Il en Facebook y, según explica EFE, canales de YouTube como Uriminzokkiri (oficial), rodrigorojo1 y stimmekoreas.
Efecto en las Redes
En estos canales, las imágenes de la televisión nacional KCTV presentan al Brillante Camarada con sonrisa de vendedor de enciclopedias. Inaugura obras públicas, visita escuelas y fábricas, presencia desfiles militares. En manos de los internautas y de Photoshop todo ello se convierte en memes, fotografías ridículas o comentarios sarcásticos sobre la megalomanía de Kim Jong-un. Dice Redoli que la jocosidad con que se recibe lo que hace se debe a que “carece de las credenciales militares de su padre y de su abuelo (no es alguien respetado por su pasado) y su afán de mejorar su perfil público le lleva a organizar actos de alto perfil comunicativo pero de dudosa eficacia”.
Aquí van algunos de sus mejores memes y también una recopilación de sus mejores momentos humorísticos en YouTube.
Derechos Humanos
Eso fuera de Corea del Norte, porque dentro de este país al que siempre se adjunta el adjetivo hermético los ciudadanos nada saben de las burlas. A ellos también se dirige, según Jiménez, la frenética actividad del líder: ”Activan y desactivan tensiones mediáticas en función de intereses concretos, utilizan la amenaza para llegar a los medios y conocen bien los tiempos, pero básicamente su mensaje está dirigido al público doméstico. Puede parecer ridículo fuera, pero no tanto si se tiene en cuenta que el receptor prioritario es una población que vive aislada y sin acceso a prensa independiente”.
La ONU presentó en marzo de 2013 un informe que describía a este Estado comunista como un gigantesco campo de concentración con torturas y violaciones de los derechos humanos “graves, sistemáticas y generalizadas” que recordaban a las de la Alemania nazi. Como responsable máximo de ello, en lo alto de una férrea jerarquía, Kim Jong-un. “Lo tiene todo para ser objeto de burla, pero no hay que olvidar que detrás hay 24 millones de norcoreanos que lo sufren. Los medios no deben olvidar su tiranía, aunque me temo que algunos prefieran centrarse en lo esperpéntico”, continúa el corresponsal.
Con efectos hacia dentro y hacia fuera, a Kim Jong-un le gusta apadrinar la presentación o lanzamiento de nuevo armamento o tecnología espacial, siempre rondando la idea de apretar el botón nuclear. “Es la única diplomacia que les ayuda a negociar. La lía un poco, la comunidad internacional está pendiente y se negocia. Él dice que rebaja la tensión hasta que realiza una nueva prueba o amenaza”, asegura Lluc López i Vidal, de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). John Swenson-Wright, director del programa sobre Asia en Chatham House, afirma en un artículo en la BBC que es probable que en Corea del Norte continúen los periodos recurrentes de amenazas “orientadas a demostrar que Corea del Norte sigue siendo una fuerza a la que hay que tomar en cuenta y un Estado al que no se puede ni ignorar ni dar por sentado”.
Jiménez recuerda que seis meses antes de que cayera el muro de Berlín nadie lo habría dicho: “El régimen norcoreano caerá un día y entonces nos llevaremos las manos a la cabeza. Nos diremos cómo pudimos no haber hecho algo para deterner la limpieza ideológica de su población, las torturas en sus gulags, los asesinatos políticos y la miseria de una población que durante años no ha podido alimentarse a sí misma”.
Autor: Myriam Redondo
Fuente: http://bit.ly/1AvUwM4